Hay asesores de inversiones especializados que se dedican a construir carteras de inversión para sus clientes, utilizando casi exclusivamente ETFs como la inversión subyacente en los modelos. Estas estrategias en ETFs, preparan diversas carteras de ETF para diferentes perfiles de riesgo, de forma que los inversionistas elijan la más conveniente, desde las más conservadoras, orientadas a preservar el capital, hasta otras más dinámicas. Por lo general el inversor abre una cuenta en una plataforma de inversión que cuente con una amplia oferta de ETFs, con el fin de ejecutar las recomendaciones que le realiza el asesor en la estrategia determinada. El coste de gestión de cada ETF es muy inferior al de los Fondos de Inversión, y el inversor conoce por primera vez en que está invirtiendo realmente. Cada modelo de cartera tiene diferente riesgo y volatilidad.
Por su experiencia mercados financieros, el asesor de ETFs es capaz de agregar valor a las carteras, apoyándose, por ejemplo, en su eficiencia fiscal o combinando ETFs de renta fija y renta variable. Más allá de eso, las estrategias de ETFs suelen ser más tácticas que las clásicas mediante Fondos de Inversión en la asignación de activos, cambiando éstas con frecuencia, incluyendo la disposición a asignar la liquidez en todo momento en instrumentos que reflejen la evolución futura de los tipos de interés o recomendando la inversión en megatendencias. Este enfoque de asesoramiento activo con ETF tiene el potencial de ofrecer a los inversores una fuente de retorno y protección para el portafolio de acuerdo al entorno de riesgo en cada momento. Los riesgos potenciales y las recompensas dependerán en parte de las recomendaciones de inversión del asesor de ETFs.
Para los profesionales del asesoramiento en inversiones el recurso a los ETFs significa simplificar los procesos de selección del universo de activos. En la medida que cada ETF refleja el comportamiento de una serie de activos subyacentes homogéneos, el análisis financiero se simplifica, a la vez que se diversifica el riesgo, más activos con características similares, y se reducen los costes de asesoramiento, por el menor consumo de recursos humanos en el análisis de los ETF.
La reducción del tiempo y costes en el proceso de selección y recomendación de ETFs por el asesor de inversiones, permite a éste utilizar más recursos a otras labores como la planificación financiera o patrimonial del cliente.
Históricamente se han usado en su mayoría ETFs con estrategias pasivas, y algunos con smart beta, como la materia prima para construir las carteras de inversión con estrategias con ETF. Sin embargo, hoy en día se empiezan a usar ETFs con gestión activa. Con los ETF de gestión activa, los activos dentro del ETF pueden modificarse, permitiendo introducir nuevas empresas o clases de activo de renta fija. Los ETFs gestionados activamente proveen a los inversionistas de oportunidades para mejorar el rendimiento: siempre se está invertido en los activos más adecuados dentro del universo de cada ETF.